viernes, 5 de septiembre de 2008

Into The Wild, ¿egoísmo y cobardía, o coraje y valentía?

Into the Wild, en España conocida como Entre Rutas Salvajes fue para mí una de las sorpresas del año pasado. Una de las buenas películas que se hicieron, que cada vez cuesta más ver productos dignos, y mira que cuanto más la veo más errores le veo, pero aun así lo considero un producto bueno y digno, aunque bastante lejos de las mejores películas del año pasado que eran bastante pocas.

Into The Wild nos cuenta la historia real de Christopher McCandless, un joven de familia bien, que un día decide dejarlo todo sin avisar, renunciar a todo lo que tiene para emprender un viaje a Alaska, para encontrar la libertad fuera y sin contacto con la sociedad corrompida. El film está dirigido por Sean Penn y protagonizada por Emile Hirsch acompañado con muchos actores secundarios como Vince Vaugh, Hal Holbrook y Catherine Keener, Marcia Gay Harden, William Hurt...

Lo cierto es que está película se puede entender de perspectivas muy diferentes que afectarán a tu opinión sobre el film. Si sigues la aventura, y prácticamente quieres formar parte de ella, te verás envuelto/a en su mundo, disfrutarás casi tanto como él y sentirás lo que él siente; mientras que si la miras desde cierta perspectiva acabarás casi por odiar al chico, pues se puede pensar que todo lo que hace es simplemente por cobardía, porque está harto de los problemas y en lugar de afrontarlos sale por patar a buscar libertad cuando la libertad no se encuentra huyendo, y encima hace sufrir a sus padres que por muy mal padres que sean, siempre se preocupan por un hijo.

Yo sin duda la vi desde la primera perspectiva mencionada, es decir, metiendome dentro de su aventura y acompañándolo. Porque aunque esté bien o esté mal, todo el mundo ha querido en algún momento de su vida dejarlo todo, hacer un cambio totalmente radical, y está claro que de la mucha gente que lo piensa y lo desea, muy poca gente es capaz de dejar a un lado todas sus comodidades diarias, su casa, su cama, su mucho o poco dinero que tiene guardado, sus caprichos... para emprender una aventura como lo hace nuestro protagonista, por lo que de alguna manera merece la admiración de todos, aunque sea con motivo tonto, o aunque sea por egoísmo puro, pero deja todo para hacer algo distinto con el pretexto de buscar la libertad, de "purificarse" de todos los malos habitos de las personas en la sociedad actual. No se puede negar que el film vive de una idea de un mundo utópica a lo largo de casi dos horas de las dos horas y media de metraje, no es hasta el final cuando por un error de cálculo (raro tendiendo en cuenta que lo tenia todo calculado SPOILER me refiero a lo del río no lo de la planta FIN SPOILER) que se queda atrapado donde a priori era su tierra de libertad para acabar con un destino que sería fatal. Solo entonces despertamos, tanto el espectador entregado como el propio protagonista de esa idea de libertad y su viaje utópico y nos damos cuenta de que igual no hacia falta todo eso para encontrar esa libertad, que igual esa libertad se encontraba en la felicidad compartida. Esta opinión cambia radicalmente como hemos dicho si vemos esto simplemente como un capricho de un niño rico, como un acto de rebeldía sin pensar en los demás, entonces los valores, eso que busca se evapora, simplemente se trata de irse, de escapar de las obligaciones...

Este film está concebido como una Road-Movie, asistimos al viaje de nuestro protagonista por varias regiones de EEUU, donde conoce diferentes personas: una pareja de hippies, un "campesino", una joven pareja extrangera que está de viaje, y un hombre viejo. Cada personaje ayuda a evolucionar y a crecer al protagonista aportándole cada uno una cosa diferente, los hippies (Brian H. Dierker y Catherine Keener) le dan una familia, el "campesino" (Vince Vaughn) le da un amigo, y el hombre viejo (Hal Holbrook) que da cariño y le intenta abrir los ojos; mientras que el propio McCandless también les da algo a cambio.

La película va acompañada con una espectacular y magnífica fotografía de los paisajes, y con una banda sonora con canciones originales escritas e interpretadas por Eddie Vedder, miembro de la banda Pearl Jam. Aunque estos dos factores de los más fuertes a priori y de los que todo el mundo está de acuerdo aunque no le haya gustado el film a veces se pueden poner en contra, porque Sean Penn se recrea demasiado con las tomas a paisajes y pueden sobrar perfectamente 20 minutos, que si no estuvieran mejoraría sustancialmente. De igual manera, la banda sonora a veces convierte el film en un videoclip, las imágenes parecen servir a la música cuando tendría que ser al revés. A parte de esos dos pequeños inconveniente también tiene otro más, como la voz de narradora de la hermana del protagonista que en ocasiones es prescindible.

Interpretativamente hablando no tengo ninguna queja, Emile Hirsch hace la que de momento es la interpretación de su vida y que creo que se hubiera merecido una nominación al Oscar, dotando a su personaje de todo lo que necesita y haciendo un importante cambio físico al final del film. Y que decir de los secundarios, todos espectaculares aunque mención especial se merecen Hal Holbrook con una de las interpretaciones más emocionales y Catherine Keener, una pedazo actriz, que siempre sabe lo que debe hacer y es exactamente lo que hace.

En resumen una más que buena película, notable alta, que aunque sea solo por los paisajes y la banda sonora se merece un visionado. Un consejo, como más soñador seas más se disfruta...

1 comentario:

  1. Ni egoísmo, ni cobardía, ni coraje ni valentía, sólo simple y pura necesidad de vida y negación de la muerte en vida que tan arraigada parece estar.
    Pero claro, sólo es mi opinión personal.
    Es curioso como cada espectador pone de su parte para interpretar una película. Así a veces parece que dos personas han visto una película completamente diferente cuando en realidad es la misma.
    Un saludo.

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