


Después de esta larga introducción, vamos al tema. La Edad de la Inocencia es una muy buena película de época, que plasma perfectamente los comportamientos, los edificios, las casas, los muebles, los bailes, las costumbres... de la burguesía americana en el siglo XIX. La película se centra sobretodo en la hipocresía que se nota en el ambiente, la falsedad con la que conviven alegremente todas esas familias ricachonas que a la cara se ponen a hablar con la gente y después los critican y se ríen de ellos, las apariencias, la necesidad de crearse un personaje para que nadie te critique, un personaje impenetrable que sirva de escudo para que nadie pueda ver tus debilidades. En este mundo vive Newland Archer, un joven que esta prom
etido con May Welland una joven inocente, ilusionada e ilusa que solo cree en la bondad de las personas. Todo este mundo de nuestro protagonista lleno de falsas apariencias e hipocresía se rompe cuando Ellen Olenska llega a New York. Ellen es una mujer liberal que se intenta separar de su marido y que al llegar todo el mundo le gira la espalda, pues en esa época estaba mal visto que una mujer se quisiera separar de su marido. Olenska, mujer madura atractiva, no le faltan pretendientes, pero se siente sola, fuera de lugar. Debido a esto y a que Archer en el fondo no le gusta la hipocresía, los dos personajes conectan inmediatamente, se atraen mutuamente. Newland y Ellen se enamoran, pero la presión de esa sociedad elitista imposibilita que estén juntos y les lleva el sufrimiento. A medida que va pasando la película, Olenska va aprendiendo a esconder sus sentimientos, a crearse un escudo y a actuar como lo tendría que haber hecho desde un principio para no ser vista como un bich
o raro, mientras que Archer se ve empujado por sus sentimientos, y cada vez se preocupa menos de mostrar sus verdaderos sentimientos. May, la inocente prometida-esposa de Archer, parece que no pero sabe exactamente que siente su marido, y haciendolo escoger, precipitará el fin del romance Archer-Olenska. Años más tarde con May fuera de la vida de Archer, éste tendrá la opción de volver a ver a Olenska...


Michelle Pfeiffer interpreta a Ellen Olenska de forma madura, y elegante de manera perfecta; Winona Ryder, actriz que nunca me ha acabado de convencer, hace también un buen trabajo, aunque su personaje es el que está menos desarrollado con diferencia. Y por último Daniel Day-Lewis hace otro papelón, creando a un frío aristócrata que evoluciona en un "esclavo" del amor, para acabar quedando solo... Una interpretación de sus mejores intepretaciones que con una mirada, una media sonrisa, un movimiento del sombrero, al andar derrocha elegancia, buen hacer... Esto es un actor, capaz de actuar en películas de diferentes géneros, cambiar tanto la manera de actuar, su físico, que parecen dos personas distintas... que grande es... (Ahora a esperar Nine, un musical, si canta y también lo hace bien, es para hacerle
un monumento yaaaa!).

Todo el film, se acerca a la obra de arte, una banda sonora elegante y con fuerza con una selección de músicos clásicos, una fotografía cuidada y de una belleza fuera de lo común que nos deja escenas tan bonitas como la de la puesta de sol en la playa, con el faro... o el reflejo final del cristal al protagonista que está sentado en el banco... solo..., unos grandes vestuarios, que le valió el Oscar, y unos decorados que tampoco tienen nada que envidiar.
Como conclusión una gran película, que si te gustan los dramas de época lo disfrutarás mucho, que se igual se puede encontrar un pelín lenta, pero que por todos sus aciertos que no son pocos que convierte en un muy buen producto.

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