jueves, 14 de julio de 2011

Un Cuento Chino (2011)

Conocemos la expresión “Cuento Chino” como sinónimo de mentira, engaño, de una historia maravillosa, increíble y que pasa los límites de la razón. Con esta premisa, el director argentino Sebastián Borensztein presenta la película Un Cuento Chino con Darín como atractivo principal.

Un cuento Chino nos cuenta la vida de Roberto, un hombre huraño, ermitaño y solitario propietario de una ferretería. La monótona y aburrida vida de Roberto cambia cuando conoce a un chino bajo unas extrañas circunstancias. Ambos se verán obligados a convivir y entenderse a pesar de las dificultades con el idioma, las costumbres y la manera de ser.

El film está construido en clave cómica en la mayor parte del desarrollo. Un humor sencillo pero resultón que hace entrañable la historia y los personajes. Aun así, la película peca de sencilla y repetitiva, pues una vez escuchas la broma 3 veces, a la cuarta ya no hace tanta gracia, aunque siga resultándonos entrañable y simpática. Un Cuento Chino además, en cierto momento, también pretende ir más allá y crear una tensión dramática ¿para empatizar aun más con el personaje?. Esa tensión dramática no acaba de estar del todo conseguida y creo que rompe la esencia de la película. Como he comentado al principio, la película juega con el hecho de que la propia película es un cuento chino, añadiéndole una pizca de magia, de inverosimilitud buscada que funciona a la perfección y que sirve como elemento de “originalidad” de la película. Por tanto queda forzado el hecho de poner drama realista en una historia que desde un primer momento no se presta a ello. Eso puede ser fruto de que el director y guionista no acaba de definir el rumbo de la película, o que quiere abarcar demasiadas facetas. La película resulta entretenida, aunque va de más a menos tornándose repetitiva y muy previsible.

Interpretativamente, Ricardo Darín aguanta el peso de toda la película. El actor argentino cumple, como siempre, pero hace un personaje que ya se lo hemos visto en otras películas. Quizás esa sensación viene porque no es un personaje memorable ni diferente a muchas otras películas de temática similar. Darín está secundado por Muriel Santa Ana e Ignacio Huang. Los dos sirven de complemento con sendas actuaciones a pesar de que se nota que todos son satélites alrededor del personaje de Darín.

Técnicamente en la película destacan ciertos fragmentos imaginativos e oníricos dignos de cualquier producción “moderna” francesa de películas post-amelie. La edición lastra bastante el ritmo de la película. Para definirnos al personaje de Darín y su monótona vida, la edición tendría que ser capaz de repetir las mismas acciones sin que el espectador notara esa repetición constante, y no lo logra. Un Cuento Chino tiene una buena banda sonora de Lucio Godoy y una fotografía de Rolo Pulpeiro.

Como conclusión, la película con un buen inicio plantea puntos interesantes y una idea que en lugar de ir hasta el final con ella, acaba volviéndose más y más convencional. Las interpretaciones son creíbles y notables, pero le falta la chispa que prometía su original y surrealista argumento.

Nota: 5/10

El jamón cocido de Sly




Ahí van un par de anuncios de Stallone para una marca japonesa de jamón. ¡Y vaya tacos de jamón! Si es que esa fuente proteíca de energia que hacía a Rambo y Rocky un par de todoterrenos capaz de vencér a todo el que se pusiera por delante.





Nada como volver a casa con un trozo de jamón cocido bajo el brazo.

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