domingo, 14 de marzo de 2010

Crazy Heart, todo corazón


El pasado domingo 7 de marzo, Jeff Bridges ganó un mericidísimo Oscar a mejor actor. Merecido porqué ya llevaba muchas buenas actuaciones sin que estas fueran reconocidas y porqué la actuación que se marca en Crazy Heart, la película que nos ocupa es totalmente merecedora de dicho galardón.

Crazy Heart supone el debut en la dirección de Scott Cooper y para hacerlo ha escogido una historia de Bad Blake un cantante de country en horas bajas. Un perdedor y bebedor que no logra salir de la espiral en la que se ha metido. Ni una joven periodista con la que tiene un affaire, ni su mejor amigo parecen ser suficiente para que nuestro protagonista se replantee su día a día. Bad Blake fue un famoso cantante country en su momento, pero la aparición de jóvenes cantantes como Tommy Sweet, lo han relegado a pequeños bares de localidades sureñas. Bad Blake vive de su pasado.

Las historias de perdedores funcionan, han funcionado siempre. Por alguna manera siempre acabamos compadeciéndonos de los problemas del protagonista y alegrándonos de sus escasas alegrías. Y es que la vulnerabilidad que transmiten los humaniza y aunque estén al otro lado de la pantalla no nos cuesta nada encontrárnoslos al otro lado de la calle. El ejemplo más reciente, a parte de esta película es The Wrestler de Darren Aronofsky. Precisamente Crazy Heart ha sufrido las comparaciones con esta película desde que se supo la sinopsis. Las similitudes son muchas y muy claras. Y en mi opinión si enfrentamos una con la otra Crazy Heart sale perdiendo: le falta intensidad, originalidad a la historia (o algún elemento innovador y diferente) y Scott no es Aronofsky.

Pero esta película posee un elemento muy importante: CORAZÓN y nunca mejor dicho. La voluntad por hacer una buena película, la dedicación, las horas de ensayo, los buenos momentos, todo eso queda plasmado en cada fotograma de la película. Y este corazón esconde los defectos de una película con un argumento muy simple y muy vista.

La banda sonora es una delicia. Música country de calidad, lejos de Taylor Swift y parecidos. T-Bone Burnett y Ryan Bingham componen unas canciones que han resultado premiadas con el Oscar a Mejor Canción Original por The Weary Kind. En el film vemos además otra faceta de Jeff Bridges, la de cantante. El actor, que ya tiene un disco en el mercado, demuestra que también sabe cantar. También lo hace Robert Duvall y Colin Farrell.

Jeff Bridges nos vuelve a demostrar por enésima vez que es un gran actor que domina tanto el género cómico como el dramático. Y en Crazy Heart se convierte en un perdedor que ve en la joven periodista una alternativa a su solitaria vida. Aunque nadie puede cambiar lo que uno es más que el propio Bad Blake. Maggie Gyllenhaal interpreta a la periodista. Una actuación que si bien es bastante buena, el personaje no está lo suficientemente definido como para llegar más lejos. La periodista es simplemente un episodio en la vida de Bad Blake. Robert Duvall por su parte interpreta a ese amigo cuyos consejos hay que respetar, aceptar y acatar. Un personaje breve, pero de los que dejan huella. Colin Farrell completa el cuarteto protagonista con una correcta actuación.

Como conclusión película simpática, agradecida de ver pero muy vista. Peca de ser simple y previsible.

Nota: 7/10

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