
El film, adaptación de la novela
de John Le Carré, nos sitúa en los años 70 en plena guerra fría. Después de una
misión especial en Hungría saldada con un gran fracaso, Control y su mano derecha
Smiley son despedidos y otros llegan al poder de los servicios secretos
británicos. Aun así, el trabajo de Smiley no ha terminado. El agente volverá a
ser reclutado para investigar a los altos mandos de los servicios secretos
británicos porque se sospecha que hay un topo. El agente Smiley tendrá que
descubrir quién es.
Tinker Tailor Soldier Spy es casi
tan compleja como decir su nombre en inglés de carrerilla sin encallarte. Es
una película muy espesa. Muy espesa porqué aporta mucha información de temas
bastante pequeños; y a la vez no te transmite claramente ninguna información
verdaderamente relevante. Emulando la Guerra Fría, El Topo es una película
terriblemente críptica, en la que no puedes desconectar ningún momento de la
película porque es muy fácil perderse en la trama.
La trama principal de espionaje,
el hecho de querer descubrir quién es el Topo funciona como un mcguffin para
explicarnos la historia de unos hombres torturados por los secretos que guardan
y los que filtran. Hombres que a lo largo de los años se han saltado la delgada
línea que separa a buenos y malos, traidores y fieles, o patriotas o
comunistas. La película se construye como una red, llena de hilos inconexos y
complejas relaciones que conocemos de forma sesgada.
Todo esto no funcionaría si no
fuera por una gran construcción del ambiente, la atmosfera gris, opresora que
no deja ver nada de forma clara. Oscura y tremendamente fría como los
personajes que hay en ella y como la guerra de contención que se vive. La
fotografía de Hoyte Van Hoytema es fundamental para producir dicho efecto. Como
también lo es la gran banda sonora de Alberto Iglesias, quien se está
convirtiendo en uno de los mejores compositores en activo.
La película además posee un gran reparto que hace fácil
(todo lo fácil que puede) una película que no lo es. Aunque paradógicamente
nombres como Gary Oldman, Toby Jones, Colin Firth, Mark Strong, Benedict Cumberbatch,
Tom Hardy, Ciarán Hinds o John Hurt pueden engañar algún tipo de espectador que
entra esperando un producto al estilo Ocean’s Eleven con multitud de actores
que lucen trajes y planta. El gran reparto cumple perfectamente su función. Y
de entre todos esos nombres Gary Oldman destaca por encima del resto por su
actuación y por ser el protagonista. El ya veterano actor británico hace una
demostración de contención, en una actuación que esconde más de lo que muestra,
como la Guerra Fría.
Como conclusión Tinker Tailor Soldier Spy es una película
compleja contenida, pero que si la ves con interés te da lo que promete. De
esas que en un segundo visionado le encuentras muchos más matices.
Nota: 8/10