martes, 30 de marzo de 2010

House, Everybody Lies (1a temp.)


Hasta hace un par de temporadas había seguido House o eso creía. Me gustaba, pero por un motivo u otro siempre acababa viendo capítulos sueltos. Después de todo el revuelo que está levantando la sexta temporada y mentalizada que no podría seguirla como hice con las 3 o 4 primeras, es decir de manera desordenada que bien podría ver un mismo capítulo 5 veces y otros ninguna, decidí ponerle remedio. Volver a empezar desde cero. Después de haber acabado la primera temporada estoy convencida que ha sido todo un acierto.

House es una serie creada por David Shore que trata sobre un doctor del Hospital Universitario Princeton-Plainsboro de New Jersey. Él y su equipo (Cameron, Chase y Foreman) se encargan de encontrar diagnóstico a los casos clínicos más complicados. Pero Gregory House no es un médico corriente. Astuto, sarcástico, insolente, irrtante, irónico, solitario, brillante, cínico y con métodos poco ortodoxos que provocan el enfado de su superior Lisa Cuddy, quien siempre tiene que sacarle las castañas del fuego. House es ese doctor cabrón que te las hará pasar putas pero te salvará la vida. Algo preferible a que sea amable pero te diga que te vas a morir.

No descubro nada nuevo si afirmo que la serie se sustenta gracias al personaje de House y al cuidadísimo guión. De la misma manera que Dexter se sustenta gracias a Dexter. La diferencia es que los policías de Miami han llegado a ser más independientes de nuestro forense favorito y en House no. Sobre House gira toda la trama. Una trama que aunque pueda parecer algo sesgada, tiene un sutil y fuerte hilo conductor. No son episodios independientes, cada capítulo vamos descubriendo cosas nuevas. Si observamos un poco más a fondo vemos que House no es un personaje original, House es Holmes. House es el homologo de Sherlock Holmes en el campo de la medicina. Un tipo que no descansa hasta encontrar el diagnóstico que salve al paciente. Observador, deductivo, amante de la música y drogadicto (House al Vicodin y Holmes a la cocaína). Y como buen Homes, House necesita a si Watson que no es otro que James Wilson. Numerosos son los guiños que nos confirman ese paralelismo, entre ellos el número de la casa de House: 221B.

Aunque sea una serie sobre médicos y hospitales se intenta separar de todos los productos similares que aparecen en pantalla, que no son pocos. Mientras la gran mayoría de series acaban convirtiéndose en culebrones en los que todo el mundo se ha enamorado de algún compañero, y el hospital es el simple escenario donde suceden los hechos, en House se le da más importante al paciente. Un paciente que solo dura un capítulo, pero que se le da todo el protagonismo. En cambio el hilo conductor, la solitaria vida de House, el enamoramiento de Cameron hacia House y los sentimientos de éste permanecen en un segundo plano, se nos muestran de manera muy dosificada.

La primera temporada como viene siendo habitual es una carta de presentación. Una carta de presentación donde destaca la fascinación inevitable hacia el personaje de Greg House. Una primera temporada en la que después de los primeros capítulos, a decir verdad la mayoría, al final nos empiezan a enseñar quien es el verdadero House que se esconde bajo esa capa de pedantería. El penúltimo capítulo “Three Stories” me parece narrativamente magistral. Y nos permite saber cómo acabó su última relación y porqué está cojo por un infarto en su pierna derecha el cual le causo una necrosis muscular por lo que sufre un dolor intenso y crónico que lo obliga a usar bastón.

Hugh Laurie, quién interpreta a House hace un gran trabajo. Tan bueno que a día de hoy su nombre va detrás del de House. Él es House y no hay nadie que le pueda quitar ese puesto. No vemos al actor, vemos al personaje. Robert Sean Leonard (Wilson), Lisa Edelstein (Cuddy), Omar Epps (Foreman), Jennifer Morrison (Cameron) y Jesse Spencer (Chase) completan un reparto con actuaciones muy correctas.

La banda sonora también es todo un acierto, llena de temazos, empezando y acabando temporada con el You can’t always get what you want, parafraseando al propio House “del filósofo Jagger”.

Como conclusión, buena temporada, con capítulos mejor que otros, que sirve de introducción para las siguientes, que dicho sea de paso, no tardaré en verlas y comentarlas.

Nota: 8/10

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