martes, 7 de abril de 2009

Déjame Entrar: Oskar & Eli

En los últimos años el Festival de Sitges es el encargado de "promocionar" algunas películas pequeñas: estrangeras, con poco presupuesto... pero con mucha dedicación. En la pasada edición se pudo ver el film de Thomas Alfredson Let the Right One In (Déjame Entrar). A parte de pasar por el Festival de Sitges, la nueva sensación sueca también se llevó una mayoría de premios de asociaciones de críticos americanos aunque finalmente no sé coló en las nominadas a los grandes premios. Queda patente que cada vez más hay esa tendencia a despreciar el blockbuster, o a esa película que pretende grandilucuente que se ha dejado un pastón para que todos los académicos y críticos se queden con la boca abierta, y alabar esas pequeñas historias que tienen como virtud cercania, senzillez y unas historias sinceras y humanas. Éste es el caso del film que nos ocupa. Aunque en esta ocasión, igual por las grandes críticas que tiene ésta me ha decepcionado un poco.

Thomas Alfredson decide contarnos una historia muy humana, que firmaria cualquier director americano que se hace llamar indie. La historia de dos muchachos que por diferentes razones están apartados de la sociedad más común que encuentran en el otro la seguridad, la amistad, la sinceridad todos esos valores tan insignificantes que no nos damos cuenta de lo mucho que los necesitamos hasta que los perdemos. Pro un lado está Oskar, un chico de unos 12 años que en su corta vida escolar tiene que soportar a tres cafres que se ríen de él a la mínima. Un chico que está muy muy solo, y en su soledad sueña con poderse vengar de sus compañeros y en hacerse respetar. Por otro lado están los nuevos y misteriosos vecinos. Poco tardarán en llamar la atención: ventanas tapadas, y un hombre que se dedica a matar a gente y recoger su sangre para dársela a su hija. Si bien el argumento de los vampiros está muy de moda, y no se puede decir que en éste film muestre una visión novedosa en lo que a tema se refiere, si lo hace en lo que a personajes y a relaciones se refiere. Lejos de los vampiros made in Crepúsculo que parece que no les corra sangre en las venas (que incongruencia!!), Eli, la vampiro del film de Alfredson, aunque tenga esa cara de no haber roto un plato... acojona, porqué cuando tiene hambre tiene hambre... no como los vegetarianos esos...

El personaje de Eli es precisamente el gran acierto del film. Un personaje que aunque es un vampiro i no puede seguir el ritmo de la sociedad, en ocasiones le gustaria olvidarse de lo que es. Un personaje que tiene dos caras, su cara de conseguir sus necesidades cueste lo que cueste, aunque tenga que matar a sus víctimas y a la vez como una joven indefensa en busca de cariño. Éste lo encuentra en Oskar. Porqué los dos son dos partes de un todo. La relación entre los dos es magnífica. El director consigue que esos dos jóvenes actores (Kare Hedebrant y Lina Leandersson) cosigan sacar el máximo, es una delicia verlos actuar juntos, aunque el film nos deje esa moraleja un tanto empalagosa de que la amistad y el amor lo pueden todo SPOILER porque Oskar quiere a Eli de la misma manera cuando se piensa que es una muchacha corriente y cuando ya sabe que es vampiro FIN SPOILER. Lina logra transmitir muchísimo a través de su intensa mirada con esos grandes ojos oscuros. Por momentos ese calor y ese cariño humano traspasa la pantalla.

Como conclusión aunque es una película hecha con mucho amor, muy bonita, con dos interpretaciones creíbles (aunque Lina Leandersson gane por goleada a su compañero) y con unos diálogos sinceros, me la esperaba diferente. Quizás no me había informado bien. Me esperaba una historia más original, por tanto todas estas virtudes, que no son pocas, se han visto un tanto opacadas por mis expectativas.

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