miércoles, 2 de diciembre de 2009

Looking for Eric, reencontrándose con uno mismo.

Ken Loach es un director con un sello muy propio, desde sus primeros trabajos al último sigue con su misma dinámica. Muy alejado del cine hollywoodiense y con una marca muy clara dentro del cine británico consigue que en sus películas se ve a su manera de ver el mundo y hacer cine.

Eric Bishop es un cartero en Manchester que atraviesa una mala época. Su mujer le ha dejado, sus dos hijastros están descontrolados, su hija le reprocha no estar a la altura y su vida sentimental es un desierto. A pesar de la amistad y el buen humor de sus compañeros carteros, que hacen todo lo posible para devolverle la sonrisa, Eric sigue hundiéndose... Una noche, Eric se dirige a su ídolo, que parece observarlo con mirada maliciosa desde el póster de la pared de su habitación y se pregunta qué haría en su lugar el mejor jugador del Manchester United. Y Eric está seguro de que Eric Cantona, el "Rey", le va a ayudar a retomar las riendas de su vida.

Si en Whatever Works, la última película de Woody Allen, su protagonista Boris Yelnikov te decía en una sincera confesión que esa no sería "the feeling good movie of the year" (no sé como traducirlo exactamente la película del buen rollo... supongo que se entiende), era porqué tenía muy claro que ese papel le pertenecería a Looking for Eric. Porqué sí, Looking For Eric es "the feeling good movie of the year". El film de Ken Loach desprende humanidad, ternura y es inevitable que empatices con su protagonista. Ken Loach empieza como siempre presentándonos su particular universo formado por gente de clase media-baja con muchos problemas, pero que tiene muy claro que el dinero no es la felicidad, que ésta son los pequeños gestos. Una sociedad humilde en la que la unidad es la fuerza necesaria para superar todos los problemas. Porqué Ken Loach hace de calvo de la lotería, reparte ilusión a cada uno de los que miran el film sin expectativas. El film divierte, entretiene y enternece. Y todo film que consiga eso, también consigue inevitablemente que empaticemos con él y salgamos convencidos de la sala del cine.

¿Como consigue eso?

Presentándonos a la víctima sin que de pena sin ser indefensa, un personaje muy real y cercano. Un tipo viudo con dos hijastros problemáticos al cargo, uno metido en una banda y el otro en plena y conflictiva adolescencia. Un tipo que sigue enamorado de su primera esposa con la que tiene una hija y un nieto en común. Un hombre que sigue sin perdonarse haber abandonado a su primera mujer por miedo al compromiso. Un hombre que en medio de la monotonía de su trabajo sueña con tener las ideas claras, solucionar sus problemas, los de sus hijastros, ayudar a su hija y lograr el perdón de su ex-mujer. Un tipo que al empezar la película se siente perdido y sin rumbo, deprimido, que necesita una palmadita en la espalda, necesita el empujón necesario para enfrentarse a su vida y reencontrarse con quien fue. Una palmadita y una ayuda que no pueden dársela sus amigos, pero sí Eric Cantona. El polémico exjugador del Manchester United aparece aquí como salvador, como guía espiritual de nuestro protagonista Eric Bishop. Cantona es un ídolo. Si hay quienes creen en Maradona hasta crear una iglesia maratoniana, Eric sería de la iglesia Cantoniana. Con Cantona, Eric Bishop consigue poner otra vez riendas en su vida. Después solo le toca ponerlas en las de sus hijastros.


Aunque la película no trata sobre fútbol exclusivamente, es más solo es una pequeña parte de un todo, es todo un alivio que alguien sepa como tratar el tema. Después de ver los bochornosos trabajos en Quiero ser como Beckham o Gol y sus secuelas, pensaba que el deporte rey nunca iba a estar bien plasmado en la gran pantalla. Con esta película veo que es posible. Como mínimo en Looking For Eric le muestran respeto.

Interpretativamente el film es un trabajo coral muy bien coordinado. Al igual que el film, siguen la misma filosifía, la unión y el trabajo de todos es la base del éxito, si se mantienen unidos saldrán a flote. Steve Evets que interpreta a Eric Bishop hace una gran actuación. Él es el protagonista, él sustenta el film. Él es encargado de abrir juego. Él es el encargado de salir de las tinieblas y la depresión gracias a Cantona y a sus amigos que le salvan el culo más de una vez. Gran interpretación que resalta ante todo el realismo, la humildad, intepreta un tipo de persona de las que te cruzas por la calle, nunca te crees que crea un personaje, verdaderamente Steve Evets es Eric Bishop. Eric Cantona, el maestro espiritual de Eric Bishop se reinterpreta a sí mismo. Y muestra su faceta de showman y nos proporciona los trozos más cómicos del film. Ken Loach sabe usar muy bien todo el carisma y la mitología que desprende el personaje de Eric Cantona. Porqué si hay alguien que siempre está presente en e film, ya sea en persona, pensamiento o palabra este es el ex jugador del Manchester.

Quizás es un poco autocomplaciente pero sin duda si es una de las películas con buenas intenciones con puntos cómicos y con el drama ( miedo al fracaso, a salir del bucle de la depresión, de enfrentarse a tu pasado...). Un film sobre la búsqueda de una mismo. No será el mejor del año, seguramente ni optará a los Oscars, pero siempre va bien que haya un film que te deje una sonrisa dibujada en la boca.

Nota: 7/10

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