jueves, 12 de febrero de 2009

Mi nombre es Harvey Milk, y he venido a reclutaros

La vida de Harvey Milk, primer político abiertamente gay que llegó a ser supervisor de San Francisco, ha dado mucho juego en Hollywood, hace ya unos años un documental se llevó el Oscar y este año, parece que quieren repetir hazaña, de momento ya tienen nominación a mejor película y mejor actor y no sé si alguna más. La más merecida sin duda la de mejor actor por Sean Penn simplemente espectacular.

Harvey Milk fue un heroe, un blanco fácil, un revolucionario, un rompedor, un valiente... una persona que conscientemente o inconscientemente cambió el rumbo de la política americana, de la sociedad católica y cerrada americana. Afrontó sin ningún miedo el hecho de ser homosexual. Por aquel entonces homosexual era sinónimo de parásito, enfermo, prostitua, ladrón, formaba parte de las minorías indefensas. Harvey Milk les dio una razón para luchar, les dio fuerzas, les unió, les enseño a caminar, a enfrentarse a sus miedos, y a volverse a levantar cuando te caes o te tiran sin miramentos. Harvey Milk fue el heroe, fue el mártir, fue la imagen, la imagen que representaba a todo el sector gay americano de los años setenta.

El film nos cuenta como a los 40 años recién cumplidos, Harvey Milk con su amante Scott se van de Nueva York a San Francisco, donde alquilan un local para hacer una tienda de cámaras de fotos. Al llegar en el barrió de Castro, donde está el local, enseguida reciben el desprecio de los comerciantes, con gestos, con palabras y con hechos. Poco a poco casi sin quererlo, esa pequeña tienda se convierte en un punto de encuentro de gays de todo el país, y es en ese momento cuando el "escondido" activismo político de Harvey sale a la luz, Milk se dedica a criticar a los partidos políticos, pero pronto se da cuenta que necesita una campaña para intentar cambiar algo del sistema actual. No consigue ser elegido supervisor hasta la cuarta vez que se presenta. Mientras intenta tener el apoyo de todo el mundo se tiene que enfrentar a dos personajes ultraconservadores como son Annita Bryan(mujer que sale en anuncios) y el senador John Briggs, ultraconservadoras, ultracatólicas y capaz de mobilizar a las masas. Una vez en el poder tiene que hacer pactos para intentar cumplir las promesas hechas en la campaña, para eso necesita la ayuda de los otros supervisores y del alcalde. Uno de los supervisores es Dan White, polícia retirado dedicado a la política, conservador y católico, aunque desde el primer encuentro se puede notar la tensión en el ambiente y los pocos puntos en común entre ellos. La victoria de Milk, consiguiendo que los derechos de los gays sean igual que los derechos de las demás personas, junto con el fracaso político de Dan White llevan al trágico y emotivo final.

Aunque la película en línias generales está bastante bien, sí le encuentro ciertos puntos que hacen bajar la nota global del film. Al estar rodada en forma de documental en varias ocasiones se hace repetitiva y monótona, más si vemos que la historia también es repetitiva. El ritmo de la historia en ocasiones es algo lenta, y hace que la película se torne un pelín aburrida. Es una película bastante distante, hasta los últimos momentos en que el espectados se hace complice de las escenas que pasan en el film una detrás de otra... haciendo que ésta permanezca en tu memoria. No queda demasiado claro porque Dan White actua de la manera en que lo hace, supone un final precipitado, y teniendo en cuenta todo el tiempo que se ha pasado contándonos sus campañas no creo que le hubiera costado aclararlo un poco más. La dirección de Gus Van Sant, director que me aburre más veces que me entretiene, me ha parecido más que correcta mezclando con bastante criterio imágenes de archivo con la película en sí.

Las interpretaciones (con un parecido razonable) es uno de los apartados que más brilla. Todos están excelentes menos un exagerado e histriónico Diego Luna en el papel de Jack, novio de Harvey Milk. Sean Penn nos vuelve a regalar una magnífica interpretación (Se puede críticar a Penn por muchas razones, pero lo que es inegable es que es uno de los mejores de su generación), consigue dotar a Harvey Milk de la fuerza y el carisma de un líder, pero a la vez de la inocencia y los gestos de un tipo sencillo que solo quiere ser como los demás y que lo traten como a uno más. Otra gran sorpresa es el trabajo de James Franco, un actor en el cual no estaba segura de su talento. En esta película nos regala una contenida, pero no por eso menos meritoria interpretación de Scott el verdadero amor y amigo de Harvey Milk, el único que realmente lo entiende, y sabe decirle las palabras adecuadas en el momento justo. Emile Hirsch vuelve a demostrar, como ya lo hizo en Hacia Rutas Salvajes, que si se deja de hacer Speeds Racers puede ser un buen actor. Josh Brolin que interpreta a Dan White se ve perjudicado por el hecho de que sea un personaje desdibujado, con falta de matices y de minutos en pantalla. Los demás que son muchos hacen una más que correcta interpretación haciendo de esta película uno de los films con mejores repartos del año.

Como conclusión una buena película aunque no creo que sea merecedora del Oscar, la nominación me parece correcta, pero espero que no lo gane. Aunque tiene unas muy buenas interpretacione y algunos momentos y escenas muy buenas; Gus Van Sant no consigue hacernos la historia más digerible, al contrario la hace lenta y poco atractiva, y monótona.

1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo Gine. Hace unos días la estuve viendo y me gustó mucho, sobretodo Sean Penn me encanta en el papel, pero es cierto que hay momentos en los que me aburrí un poco porque se hace algo monótona. Pero en líneas generales me gustó bastante. ¡No me arrepiento de haberla visto! Pasé un rato entretenida.

    Un saludo

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