domingo, 24 de julio de 2011

Ne Le Dis Á Personne (2006)... No le digas a nadie... pero esto es una gran película


Últimamente las únicas alegrías y sorpresas positivas que me da el cine provienen de nuestro país vecino Francia. No me entusiasma el cine francés, ni siquiera estoy al día, más allá de ver las 3 o 4 anuales que tienen buenas críticas y que todo aquel que esté un poco interesado en el cine mira. Lo cierto es que la carrera del joven actor y director Guillaume Canet está llena de sorpresas agradables. Ne Le Dis Á Personne es la segunda película dirigida por Canet, y lo cierto es que después de su trabajo en Pequeñas Mentiras sin Importancia, leyendo las críticas, y los 4 César a mejor actor, director, montaje y música pedían un visionado a gritos.

Ne Le Dis Á Personne nos cuenta la historia de Alex un hombre que ocho años atrás sufrió un brutal ataque donde asesinaron a su mujer. Alex vive encerrado en su monotonía y en el recuerdo de Margot su mujer, cuando un día recibe un email en el que puede ver a Margot viva. A partir de ese momento, Alex empezará una búsqueda insaciable para descubrir porque su mujer está viva y que se le escapó ocho años atrás; mientras paralelamente, el caso de su mujer se reabrirá por la aparición de dos cuerpos cerca del lugar del asesinato de su mujer.

La película es un thriller clásico. Un thriller europeo, de esos que están en peligro de extinsión, de esos que no tienen giros inútiles u excesivamente predecibles y típicos. De esos que no precisan de grandes explosiones y efectos especiales. Ne Le Dis Á Personne es un producto sobrio, con un ritmo pausado que sirve para desentramar todos los hilos de la historia y solucionar el conflicto con la suficiente elegancia que evita tomar la salida fácil. En cierta manera recuerda al thriller clásico por su estructura. Quizás peque de demasiado convencional en su división en actos, pero hoy en día es un gusto poder disfrutar de una película hecha con elegancia, gusto, sobriedad y solidez. Canet se muestra inteligente y muy capaz de mantener una tensión pesada y cada vez más sofocante. Solo parece tener un vicio que en algún momento puede resultar molesto, abusa quizás demasiado de los “momentos videoclip”, con múltiples escenas con una canción de fondo. En algunos momentos funciona muy bien, y le añade una aura mágica a la escena (véase momento U2 y su With or Without You) y en otros queda un pelín forzado y rompe un poco el ritmo y la tensión del thriller.

Canet escoge un gran reparto que años más tarde repetirían casi todos en Pequeñas Mentiras Sin Importancia. Interpretativamente François Cluzet se lleva la película a su terreno. El actor hace una actuación impresionante, se vacía y transmite en cada gesto de desesperación, esperanza, ilusión, miedo y amor. Cluzet construye un tipo corriente capaz de hacer cosas extraordinarias que por momentos le superan. Un tipo muy fácil de empatizar y ponerse en su lugar pues muestra claramente sus motivaciones y sus razón para hacer lo que hace. Cluzet está secundado por Marie-Josée Croze interpretando a Margot, André Dussollier, Kristin Scott Thomas, Nathalie Baye, François Berléand, Jean Rochefort, Gilles Lellouche, Olivier Marchal, Florence Thomassin, Marina Hands, Jalil Lespert, Jean-Noël Brouté, Philippe Lefebvre, Anne Marivin y Maxim Nucci entre otros, que crean el mosaico de personajes secundarios, unos secundarios más que correctos. Incluso se guarda un pequeño pero importante papel para él.

Como conclusión, Ne Le Dis á Personne es una película muy sólida y sobria. Un thriller elegante con aroma a clásico contemporáneo. Una trama inteligente y una gran interpretación del protagonista hacen el resto. Muy recomendable para todo aquel que quiera disfrutar de thriller hecho con gusto a la europea, alejada de las explosiones y las fantasmadas americanas.

Nota: 7’5/10

sábado, 23 de julio de 2011

Polseres Vermelles, Intensament Vius!


A veces, muy pocas veces, aparece una serie en la televisión española o catalana que vale la pena haber visto. Podemos decir que es un fenómeno extraño teniendo en cuenta que los grandes productos dirigidos a masas y con éxito acaban siendo de una calidad pésima. Este año en Cataluña se estrenó Polseres Vermelles (Pulseras Rojas) una serie que con el paso de los capítulos se ha convertido en un éxito no solo de público sino también para todo aquel que de una oportunidad a otras series a parte de las americanas.
Polseres Vermelles explica la historia de un grupo de chicos que están ingresados en el hospital. Lleó, Jordi, Ignasi, Toni, Roc y Cristina son 5 jóvenes de diferentes edades que deciden formar un grupo. Lleó es el líder, un chico muy impulsivo y decidido; Jordi es el segundo líder, que sería el líder si éste no estuviera, un chico tímido y sincero; Ignasi es el guapo, un “chico malo” que esconde un gran corazón; Toni es el inteligente, un chico con síndrome de asperger que tiene la capacidad de hablar con Roc, un chico en coma, y que tiene una curiosa visión de la vida y los problemas; Roc es el imprescindible; y Cristina es la chica del grupo, una chica tozuda y decidida. Los 6 a pesar de algunas diferencias de carácter y choques de personalidades, los chicos crean una verdadera y sincera amistad. Juntos conseguirán superar sus miedos, sus problemas y conseguirán convertir su día a día en una aventura llena de energía.

La serie está dirigida por Pau Freixas y desarrollada por el escritor Albert Espinosa, ideólogo de películas como No me pidas que te bese porque te besaré, Heroes, Panta 4ª, Tu Vida en 65” entre otras. El mayor mérito de ambos es una cuidada elección de cásting y una dirección de actores asombrosa dada la juventud e inexperiencia del grupo protagonista. Ambos consiguen con una buena y cuidada puesta en escena unos diálogos sinceros en boca de los actores. Espinosa además consigue escribir con grandes dosis de optimismo una historia increíble, mágica e inolvidable.
La serie destaca por esa visión infantil-adolescente de los protagonistas. Una visión inocente de los problemas diarios, en algunos puntos ilusa y naif. La energía positiva que desprende cada conversación, la amistad, el espíritu de superación y las ganas de vivir y experimentar nuevas sensaciones se convierte en los temas que hacen funcionar la trama de la serie. Una serie que es ante todo muy humana y muy tierna; y que si eres capaz de mirar más allá de sus fallos que los tiene, una vez se empatiza con los protagonistas (cosa que se hace con cierta facilidad) ya es imposible dejarlos.

Interpretativamente si perdonas el hecho de que en algunos momentos, ciertas líneas del diálogo suenan artificiales, sobre todo en los primeros capítulos, debido a la inexperiencia de los jóvenes intérpretes, no hay peros. La convivencia real de los chicos antes de filmar para acostumbrarse y forjar una amistad verdadera se nota, y la espontaneidad y la complicidad está patente en cada mirada y cada gesto que parece trascender el simple guión. Alex Monner (Lleó), Mikel Iglesias (Ignasi), Joana Vilapuig (Cristina), Marc Balaguer (Toni), Nil Cardoner (Roc) y Igor Szpakowski (Jordi) son los que llevan todo el peso de la historia. Superan el reto con creces, todos ellos pero destacan la increíble actuación de Balaguer como un chico con un retraso mental, una actuación a la altura de la de un joven DiCaprio en Gilbert Grape. Además, los jóvenes intérpretes están secundados por actores como Llum Barrera o Andreu Benito interpretando a la madre de Roc o a un paciente, entre otros.

La serie tiene fallos, pero los 13 capítulos de la primera temporda, unos capítulos de una sorprendente, debido a la procedencia de la serie, duración de 40 minutos aproximadamente, son suficientes para ver que estamos ante una serie diferente, un proyecto arriesgado que rebosa vitalidad, inocencia, inteligencia y ternura.
Nota:7/10
PD: Si alguien está interesado, puede encontrar los capítulos con subtítulos en castellano con facilidad.

jueves, 14 de julio de 2011

Un Cuento Chino (2011)

Conocemos la expresión “Cuento Chino” como sinónimo de mentira, engaño, de una historia maravillosa, increíble y que pasa los límites de la razón. Con esta premisa, el director argentino Sebastián Borensztein presenta la película Un Cuento Chino con Darín como atractivo principal.

Un cuento Chino nos cuenta la vida de Roberto, un hombre huraño, ermitaño y solitario propietario de una ferretería. La monótona y aburrida vida de Roberto cambia cuando conoce a un chino bajo unas extrañas circunstancias. Ambos se verán obligados a convivir y entenderse a pesar de las dificultades con el idioma, las costumbres y la manera de ser.

El film está construido en clave cómica en la mayor parte del desarrollo. Un humor sencillo pero resultón que hace entrañable la historia y los personajes. Aun así, la película peca de sencilla y repetitiva, pues una vez escuchas la broma 3 veces, a la cuarta ya no hace tanta gracia, aunque siga resultándonos entrañable y simpática. Un Cuento Chino además, en cierto momento, también pretende ir más allá y crear una tensión dramática ¿para empatizar aun más con el personaje?. Esa tensión dramática no acaba de estar del todo conseguida y creo que rompe la esencia de la película. Como he comentado al principio, la película juega con el hecho de que la propia película es un cuento chino, añadiéndole una pizca de magia, de inverosimilitud buscada que funciona a la perfección y que sirve como elemento de “originalidad” de la película. Por tanto queda forzado el hecho de poner drama realista en una historia que desde un primer momento no se presta a ello. Eso puede ser fruto de que el director y guionista no acaba de definir el rumbo de la película, o que quiere abarcar demasiadas facetas. La película resulta entretenida, aunque va de más a menos tornándose repetitiva y muy previsible.

Interpretativamente, Ricardo Darín aguanta el peso de toda la película. El actor argentino cumple, como siempre, pero hace un personaje que ya se lo hemos visto en otras películas. Quizás esa sensación viene porque no es un personaje memorable ni diferente a muchas otras películas de temática similar. Darín está secundado por Muriel Santa Ana e Ignacio Huang. Los dos sirven de complemento con sendas actuaciones a pesar de que se nota que todos son satélites alrededor del personaje de Darín.

Técnicamente en la película destacan ciertos fragmentos imaginativos e oníricos dignos de cualquier producción “moderna” francesa de películas post-amelie. La edición lastra bastante el ritmo de la película. Para definirnos al personaje de Darín y su monótona vida, la edición tendría que ser capaz de repetir las mismas acciones sin que el espectador notara esa repetición constante, y no lo logra. Un Cuento Chino tiene una buena banda sonora de Lucio Godoy y una fotografía de Rolo Pulpeiro.

Como conclusión, la película con un buen inicio plantea puntos interesantes y una idea que en lugar de ir hasta el final con ella, acaba volviéndose más y más convencional. Las interpretaciones son creíbles y notables, pero le falta la chispa que prometía su original y surrealista argumento.

Nota: 5/10

El jamón cocido de Sly




Ahí van un par de anuncios de Stallone para una marca japonesa de jamón. ¡Y vaya tacos de jamón! Si es que esa fuente proteíca de energia que hacía a Rambo y Rocky un par de todoterrenos capaz de vencér a todo el que se pusiera por delante.





Nada como volver a casa con un trozo de jamón cocido bajo el brazo.

miércoles, 6 de julio de 2011

Les Petits Mouchoirs – Pequeñas Mentiras Sin Importancia


¿Os ha pasado alguna vez que nunca te habías fijado en una persona, y después de verla una vez, la ves todos los días y te la encuentras en todos los sitios? Pues esto es lo que me ha pasado con Guillaume Canet. Si en la anterior crítica de la película Last Night decía que el actor Guillaume Canet no me sonaba de nada, hoy me encuentro con la sorpresa de que el director de Les Petits Mouchoirs no es otro que Canet. Un día después de ver su potencial como actor, veo su más que interesante dirección en Les Petits Mouchoirs. El film, conocido en España como Pequeñas Mentiras sin Importancia se estrenó el 27 de Mayo y a dejado buen sabor de boca a la mayoría de gente que lo ha visto más allá de su mayor o menor afición al cine. Un par de recomendaciones, las buenas críticas leídas y el más que interesante reparto han hecho que acabara por ver la película.

Les Petits Mouchoirs nos cuenta el viaje de vacaciones de un grupo de amigos que vive en París. Esas vacaciones están marcadas por el hecho de que uno de ellos acaba de sufrir un accidente y está gravemente en el hospital. Como cada año, el grupo de amigos y sus respectivas parejas se van a la casa de la playa de Max, un propietario de un restaurante, donde se relajan, sonríen, beben y dejan atrás las preocupaciones de París.

El film funciona como un torrente de emociones controladas. Cuál director de orquestra, Guillaume Canet es capaz de dosificar cada uno de los personajes, una tarea nada fácil al ser muchos, y desatar sus sentimientos en los momentos adecuados, ofreciéndonos un mosaico de comportamientos humanos, todos diferentes pero todos con puntos en común. Un torrente que termina desembocando en sentimientos y reacciones más o menos racionales o instintivas, pero al fin y al cabo humanas.

La película no tiene demasiado de excepcional. Es una comedia con mucho drama. Técnicamente cumple sin destacar en excesos. Destaca, eso sí, una banda sonora nostálgica, con grandes éxitos conocidos del pasado y alguna canción actual que están muy presentes a lo largo del film. El montaje es efectivo pero convencional, así como el desarrollo. Incluso le sobran 30 minutos ya que a veces da la sensación que la película no acaba de avanzar al ritmo que debería. Pero aun así, en un verano tan malo cinematográficamente hablando, Les Petits Mouchoirs es una película refrescante, cómica, dura y sincera, de visión obligada para todo aquel que quiera ver algo más que un blockbuster del montón.

Las interpretaciones es sin ninguna duda el punto fuerte de la película. François Cluzet (asombroso parecido con Dustin Hoffman) Marion Cotillard, Benoît Magimel, Gilles Lallouche, Jean Dujardin, Laurent Lafitte, Valérie Bonneton, Pascale Arbillot y Joël Dupuch entre mucho otros llevan todo el peso de la película. Sus sobrias, calculadas, a veces contenidas actuaciones dan vida al grupo de amigos. Ninguno parece tener más protagonismo que otro en su conjunto y, justamente ahí reside su fuerza. La unión, el hecho de que todos los actores trabajan y dan sus mejores actuaciones para la película les beneficia a ellos y a la película.

Les Petits Mouchoirs o Pequeñas Mentiras Sin Importancia forma parte de ese cine francés que tan bien sabe retratar las dudas, los miedos y los sentimientos escondidos, la hipocresía de una clase media, media-alta que a simple vista parece que no tiene problemas. Los franceses son buenos en ese tema, y esta película es otro buen ejemplo de ello.

Nota: 7’5/10

lunes, 4 de julio de 2011

Last Night ("Solo una noche" puede cambiarlo todo o no)

Last night es una película de 2010, aunque no recuerdo su estreno en las pantallas españolas, dirigida por Massy Tadjedin y protagonizada por Keira Knightley, Sam Worthington, Eva Mendes y Guillaume Canet. No sé exactamente qué es lo que me atrajo de la película, Worthington y Mendes no me gustan, Knightley depende de la película y a Canet no lo conocía, pero la cuestión es que la he acabado viendo. A pesar de mis nulas expectativas, la sensación una vez vista es amarga, agridulce.

Last Night nos presenta un ¿cuadrado? amoroso. Michael y Joanna son una pareja joven que lleva 3 años casada. Tras una fiesta de la empresa para la que trabaja Michael, Joanna empieza a sospechar de la relación que tiene su marido con su compañera de trabajo Laura. El día siguiente Michael se va a Philadelphia con Laura y otro compañero, Andy a una reunión de trabajo; mientras que Joanna se queda en Nueva York. Ese mismo día se encontrará con Alex, un antiguo amigo con quien mantuvo una relación.

La historia tiene potencial pero la sombra de Closer (escondida pero presente), el afán americano para acabar convirtiendo una película en una especie de competición de quien es la peor persona moralmente y el funcionamiento desigual de las dos parejas arruinan una película que aunque tiene momentos más que interesantes, se quedan en agua de borrajas cuando se mira su conjunto. Cuesta entrar en la película, porque empieza con una situación conflictiva demasiado forzada, así como también su final. En medio, tenemos alguna chispa de luz, alguna conversación entre Joanna y Alex, que recuerda a los diálogos de Linklater.

Last Night parece pretender ser una versión elegante de Closer, de esta manera en lugar de diálogos directos, intenta jugar con el silencio y las cosas que no se dicen para transmitir todas las dudas y los sentimientos internos, sin demasiada fortuna transformando al film en una película con un ritmo lento y con tiempos muertos. Otro, a mi entender, inconveniente del film es que el propio director juzga el comportamiento de sus personajes. Intenta jugar con el deseo de lo prohibido, el amor fuera del matrimonio, pero nunca desde una posición clara para después cuando sus personajes toman una decisión juzgarlos bajo la moralina conservadora americana.

Técnicamente, Last Night hace gala de una fotografía minimalista y efectiva. Una buena banda sonora de Clint Mansell se convierte en la protagonista en muchos, demasiados minutos; pero no voy a ser yo la que se queje de las maravillas de uno de los mejores compositores jóvenes y actuales, aunque eso no beneficie al producto de forma global. Otro lastre del film es esa moda de hacer un montaje basado en los saltos de imagen para transmitir el paso del tiempo, que rompe un poco la sobria armonía de la película.

Una película en la que prácticamente solo salen 4 personajes, supone de éstos una gran responsabilidad porque de ellos y su actuación depende si la película funciona o no. La pareja Keira Knightley-Guillaume Canet hacen un notable trabajo, no solo para intentar entender a su personaje y ponerse en su piel sino también para transmitir una química real y el espectador pudiera especular sobre su pasado. En cambio, Sam Worthington y Eva Mendes están nefastos. El primero sigue con la misma cara de indiferencia que en Avatar y Lucha de Titanes, y sigue transmitiendo lo mismo que un action-man, es decir nada. Mendes está en la línea de Worthington y todas sus palabras y acciones parecen excesivamente forzados y poco creíbles.

Como conclusión, una película que con buenas actuaciones de los 4 se hubiera salvado, pero que al fallar un 50% se va a pique. Solo algunas conversaciones con cierto encanto, la química entre Knightley y Canet, y una buena banda sonora, como siempre, de Clint Mansell destacan en una pobre película.

NOTA : 4,5/10

PD: No sabeis cuánto echaba de menos escribir en el blog ;)


domingo, 3 de julio de 2011

Project Mayhem is Back



Project Mayhem is back. Así es, el blog vuelve a resucitar de sus cenizas cuál ave fénix. No hacía falta ser demasiado observador para ver que el blog lleva desde el 10 de abril sin actualizarse a conciencia, la sección de los anuncios está programada desde hace un año. Pero ahora, una vez acabados todos los exámenes y en plenas vacaciones de verano toca retomarlo, que ya lo echaba de menos.

Project Mayhem se renovará y este verano promete:

- Un especial de The Beatles en la gran pantalla. Haciendo un repaso en todas sus películas: A Hard Day's Night, Help!, Magical Mystery Tour, Yellow Submarine, Let it Be y Across the Universe.

- Un recorrido por el imaginario de Charles Chaplin como autor a través de las películas The Kid, The Gold Rush, Modern Times, The Great Dictator, Monsieur Verdoux y Limelight que se publicará por partes.

- Más presencia de series y música en el blog. El blog pasa de ser un blog de cine a un blog de cine y series con presencia de algunas entradas sobre música (la forma aun me la estoy pensando)

- Y alguna sorpresita más que estoy preparando que de momento no revelaré.

Espero que hayáis echado de menos el blog, pero ahora volverá con fuerzas renovadas.

Project Mayhem En Twitter