miércoles, 3 de junio de 2009

El Crack, el cine negro español

En 1981 José Luís Garci, célebre director, guionista y crítico español que ha firmado títulos como El Abuelo o Volver a Empezar –ésta última galardonada con el Oscar a mejor película extranjera en el 1981, honor que se llevó por primera vez una producción española- intentó dar-le otra persopectiva al cine negro. Era una producción arriesgada: un género que estaba en horas bajas, un género que el público español no estaba acostumbrado a verlo como produción patria, y a ésto hay que sumarle pa complicidad de un proyecto de tal calibre. De ahí salió El Crack.

Garci, madrileño con familia asturiana mostró su afición al cine desde una temprana edad. Eso le llevó a los 20 años a escribir en revistas de cine como crítico. Además, Garci escribia historias de ciencia-ficción por las que fue galardonado. A partir de los años 70 empezaría a colaborar escribiendo guiones de cine, y a partir de 1977 empezaría su carrera como director. Una de las películas que más bien ha llevado el paso de los años es precisamente la que nos ocupa: El Crack el intento de Garci de hacer una película de cine negro.

El Crack usa a las películas americanas de espejo, se deja influenciar por ella y Garci lo hace visible con multitud de guiños. La película empieza con la presentación del protagonista, el detective privado Germán Areta. En un bar de carretera, mientras se está comiendo su cena pacíficamente, dos ladrones entran en acción. Germán lejos de ponerse nerviosos los dejá hacer hasta el momento idoneo para que él pueda tomar la situación. Con esa pequeña pero intensa introducción, el guionista (el propio Garci) hace un guiño a esos detectives siempre trajeados, con muchos secretos escondidos, ambiguos, serios y poco amigos de las bromas. Así es también Germán. El día siguiente ya en su oficina de trabajo, su ayudante – un personaje totalmente estereotipado que hace de contrapunto a Areta – le muestra un nuevo caso. Un hombre quiere encontrar a su desaparecida hija. Esa búsqueda llevará a Germán a un caso mucho más complejo, donde cada vez habrá más cabos sueltos, donde la corrupción y hombres poderosos estarán detrás moviendo los hilos. Donde nada es lo que parece ser. Paralelamente a la que parece ser la trama principal, Garci hace un minucioso retrato de lo sociedad durante los años 70. A este retrato ayudan todo el elenco de secundarios, pero sobretodo Carmen y su hija Maite. Carmen es una enfermera de la que nuestro protagonista se enamoró cuando estuvo en rehabilitación por culpa de algún acontecimiento pasado. Aunque normalmente el detective arquetípico del cine negro no tiene familia y su carácter osco no hace fácil su relación con las personas próximas a él, en este caso, Germán mientras espera la respuesta de Carmen se va ganando el corazoncito de su hija. Cuando parece que Garci ha caído en el peligro de convertir una película de cine negro en un drama sobre la sociedad española con un desarrollo lento, una explosión que implica la muerte de la niña, dinamita el ritmo, la vuelve centrar en la trama de la investigación, una trama que ya no abandonará hasta el final. Germán otra vez sin mostrar signos de debilidad, con una mirada sin escrúpulos quiere venganza. Una venganza que tendrá que cumplir en Nueva York, dejándo los escenarios de Madrid. Esto no es más que otro guiño al cine negro, el hecho de ir a acabar la historia en Nueva York para profesar su admiración, para acabarla donde empezarón y también acabaron las historias de Chandler y Hammett.

Uno de los elementos que más relacionan esta película con las americanas es el personaje del barbero, un hombre que vive para el boxeo – deporte rey entre los bajos fondos neoyorkinos – y que en cada afeitado cuenta las excelencias de Rocky Marciano y otros boxeadores del mítico Madison Square Garden.

Interpretativamente la película nos deja una gran interpretación de Alfredo Landa. Un actor que triunfo en un género más cómico, aunque también sorprendió en Santos Inocentes, pero que en esta película demuestra que sabe hacer mucho más que hacer reír a la gente. Asombrosa es su metamorfosis no solo comparando sus actuación de las otras películas con ésta, sinó también dentro de la misma. Muy diferente es su mirada, su comportamiento con Carmen y su hija de cuando está trabajando. Alfredo Landa está acompañado de María Casanova en el papel de Carmen, Miguel Rellán interpreta a Moro, el compañero de trabajo de Germán, y finalmente completan el reparto los actores: Maite Blasco, José Bódalo, José Manuel Cervino, Emilio Fornet, Raúl Fraire, Manuel Lorenzo, José Luis Merino, Mayrata O'Wisiedo, Manuel Tejada y Francisco Vidal.

Como conclusión, aunque se queda un poco lejos del nivel impuesto por el cine americano si es un curioso e interesante film que busca la empatía del espectador a base de “homenajes” hacia el género negro. Una película atípica dentro del cine español donde cabe destacar la interpretación de Alfredo Landa y una historia que si bien en alguna ocasión tiene un bajón de ritmo, la última media hora se torna emocionante e intrigante.

Nota: 6'5/10

PD: La crítica ha sido un copiar y pegar de un trabajo que entregué.

Project Mayhem En Twitter