Particularmente creo que este año ha sido flojo cinematográficamente
hablando. Pocas películas me han dejado pensando durante una semana sobre
ellas. Pocas me han llevado a hacer una reflexión personal sobre lo que he
visto y como me afecta. Creo que el cine tiene que servir para algo más que
entretener, creo que es un medio que nos permite como ninguno camuflar
profundas reflexiones detrás de diálogos inteligentes y una buena trama. P.T.
Anderson nunca me había fallado, y este año tampoco lo ha hecho. Por tanto,
puedo decir que The Master me parece de las mejores películas del año.
The Master nos habla de manera indirecta sobre la Iglesía de la Cienciología.
Nos sitúa en Estados Unidos en los años 50 y nos narra la historia desde la
perspectiva de Freddie Quell, un joven veterano que parece que no tenga ningún
interés ni motivación en su vida hasta que tropieza con Lancaster Dodd,
intelectual que crea una organización religiosa llamada La Causa con el apoyo
incondicional de su mujer y gente de clase alta. Dodd intentará mediante los
experimentos con Quell descubrir los límites verdaderos del monstruo que acaba
de crear.
Mediante la interacción entre Quell y Dodd el film crea un debate y una
reflexión sobre los límites de una doctrina, sobre qué es la religión y si
existe algún tipo de doctrina que pueda considerarse no religiosa. Se mueve de
forma compleja por la psicología humana. Y acaba mostrándonos un juego en el
que no nos deja claro si verdaderamente tanto Anderson, como guionista, como
Dodd cree realmente en los absolutismos que usa para captar a la gente. De la
misma manera que desde el personaje de Quell vemos que su único motivo de
aceptación hacia LA CAUSA es precisamente esa atención que recibe por parte de
los demás. ¿Hasta qué punto es necesaria una religión para el hombre o hasta
que punto la religión necesita de los hombres? Esto es un debate que P.T.
Anderson vuelve a poner vigente, obviamente no lo resuelve, pero La Causa y la
cienciología sirven para ver un ejemplo de la creación de una religión muy muy
joven y ver los pasos de primera mano.
Paul Thomas Anderson
nunca defrauda. Seguramente ya habré dicho en otras reseñas en este blog sobre
sus películas que me parece el futuro gran director americano. Sin haber
llegado a los 40 demuestra un dominio del lenguaje cinematográfico asombroso.
Sin perder por ello una manera de contar las historias fresca a la vez que
clásica. No necesita romper con el modo de representación más clásico en
términos de planos y de montaje, aunque sí lo hace claramente en su
planteamiento argumental. En The Master
sigue la senda que ya abrió con There Will Be Blood, un tema histórico complejo
que explota hasta lo máximo gracias a un buen guión y una gran dirección de
actores que consiguen, la mayoría de ellos brillantes trabajos a manos de P.T.
Anderson.
La fuerza de toda la película también reside como he comentado arriba en
las actuaciones. Anderson se rodea de un gran reparto como son Joaquin Phoenix,
Phillip Seymour Hoffman y Amy Adams como principales. Amy Adams interpretando a
la abnegada mujer de Lancaster Dodd me ha sorprendido, hace una actuación
mesurada y justa, no busca afán de protagonismo y demuestra un talento que
hasta el momento yo no le acababa de descubrir. Seymour Hoffman vuelve a
demostrar una vez más que es de los mejores actores del panorama actual.
Convierte a Lancaster Dodd en el personaje más atractivo de la película. Un
misterio que al igual que su religión no sabes si es brillante o si simplemente
se divierte a cuesta de los demás. Ambiguo, complejo, muy redondo y para mí el
verdadero protagonista de la película. Por último tenemos a Phoenix que
interpreta a Freddie Quell, un personaje contradictorio, torturado y extraño a
pesar de entrar a la historia cogidos de su mano. La actuación de Phoenix
también me resulta extraña. En algunos momentos pienso que hace una actuación
asombrosa, pero en otros me parece demasiado forzado, al filo de la
sobreactuación.
The Master es una película de factura impecable con una historia compleja y
espesa cuando la piensas en general, con detalles sutiles, y que debería
merecer un segundo visionado con el que seguramente ganaría aun más.
Nota: 8'5/10
Y yo tendré que verla de vuelta porque no le encuentro el camino todavía jajajaj Las actuaciones grandiosas, sobre todo la de ellos. Pero algo no me cierra o será que no lo entendi jajajaj
ResponderEliminarGran reseña, creo que Anderson habla de la religión en sí, en general, y además de otro de los temas recurrentes de su filmografía, la relación entre maestro y discípulo. Una obra maestra. Lo mejor que he visto en cines desde Cisne Negro. Y mira que ha llovido desde entonces...
ResponderEliminarExcelente análisis Gine ^^
ResponderEliminarComo dices, Anderson es sello de garantía y calidad. Esta película recorre como un aluvión a través de sus personajes, tan complejos como la historia misma, llenos de vida y misterio.
Y definitivamente la factura técnica es impecable.
Un abrazo!
Muy buena crítica Gine! Ya sabes que a mi me encantó y adoré las actuaciones.
ResponderEliminarThomas Anderson, sigue con su brillante carrera y nos regala la película más compleja del año, esas que te dejan pensando durante largo tiempo luego de verlas jeje
Pensaba que iba a ser la películas más "digerible" de Anderson, pero luego de verla, entiendo por qué ha generado división.
Aunque es compleja, no creo que sea indescifrable, como algunos dicen. Nuevamente el director toma una historia y la adapta para sus propios fines, siempre controlando lo que hace. jeje
Saludos :)
Lo que más me gusta de Anderson es la construcción de sus personajes y el poder de su cámara. Me alegra que coincidamos al menos una vez, cariño. Besos :*
ResponderEliminarnice film !!
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