
Shame nos explica la historia de
Brandon un hombre soltero que vive solo en Nueva York que tiene problemas para
disfrutar de su vida sexual. Brandon se pasa las horas muertas consumiendo
pornografía y buscando chicas para relaciones esporádicas, ya sea pagando o
buscando chicas en el metro, o en un bar. Su vida da un vuelco cuando su
hermana, Sissy una chica dependiente emocionalmente de las personas de a su
alrededor aparece por sorpresa en el piso de Brandon y decide quedarse unos
días.
Shame como reza su título es una
historia de vergüenza, una historia introspectiva en la que vemos como nuestro
protagonista baja a los infiernos para replantearse su situación. El film trata
un tema como es la adicción al sexo de forma extremadamente sutil y elegante. Y
todo eso sin necesidad de seguir el código de lo políticamente correcto de
Hollywood. De forma directa, sin censuras muestra lo que el director Steve
McQueen le parece que tiene que mostrar. Se trata el tema sin pudor, pero sin
llegar al mal gusto.
La historia funciona por
contrastes. Aunque Brandon es el protagonista absoluto de la película son los
momentos que está junto a Sissy. Ambos se convierten en una pareja explosiva en
pantalla, sus conversaciones y sus miradas son fundamentales para acabar de
comprender los dos personajes. De alguna manera Sissy completa por contraste a
Brandon y a su particular tragedia, mientras que Brandon completa la tragedia
de Sissy, menos importante en el desarrollo de la trama; pero que según nos
dejan caer provienen de los mismos orígenes.
Steve McQueen además de
coescribir un gran guión muy contenido junto con Abi Morgan; también nos trae
una dirección excelente. Ya en Hunger, su película anterior mostraba un gran
dominio del espacio y de la cámara. Aunque en algunos momentos parecía
interesarse más por la dirección que por una historia de corte mucho más
contemplativa. Aquí, en Shame hace gala de una dirección elegante, para un tema
escabroso que podría haber acabado convirtiéndose en algo vulgar. Una dirección
que destaca a lo largo de la película pero que no quiere ser más protagonista
que la historia.
En Shame Steve McQueen vuelve a
contar con Michael Fassbender. Y vuelven a demostrar que esa unión funciona
perfectamente. McQueen le da un papel único a Fassbender quien no le defrauda.
Fassbender quien interpreta a Brandon, hace una actuación contenida, sutil y
elegante como toda la película sobre un tipo cuyas relaciones personales son totalmente disfuncionales debido a su adicción. Un personaje intenso, pero medido. Por otro
lado, Carey Mulligan interpreta a Sissy, la emocional hermana de Brandon.
Después de varias películas interpretando el mismo papel de joven sufrida, aquí
explota con un personaje mucho más intenso y explosivo.
Shame es un drama complejo,
profundo e introspectivo con una gran dirección y unas interpretaciones
inmejorables.
Nota: 8’5/10
Gran película y grandes interpretaciones. Espero que con el tiempo se la reconozca como tal y se olvide de esa polémica sin sentido que la precede.
ResponderEliminarSaludos.