
Cuando me enteré de que Disney
había decidido volver a estrenarla en pantalla grande el 21 de Diciembre de
2011 no pude estar más alegre. Incluso podía soportar que lo hicieran en
3D. El Rey León se estrenó en 1994, yo
tenía 3 años, no recuerdo haberla visto en el cine, no sé si lo hice. La
primera que tengo conciencia de haberla visto fue 101 Dálmatas; así que esa era
mi segunda oportunidad. He entrado a las 18:30 con ganas de retroceder 15 años,
y en el momento que ha aparecido el logo de Disney lo he conseguido.
Para el astronauta que acaba de
aterrar después de 20 años dando vueltas a la tierra comentar que El Rey León
es la historia de Simba un león joven, inquieto y aventurero, sucesor al trono.
Tras un accidente planeado por el malvado tío Scar y unas hienas, Mufasa, rey y
padre de Simba muere. Éste con sentimientos de culpabilidad huye con el deseo
de olvidar. En su huída conocerá a Timón y Pumba una curiosa pareja que le
enseñará otra filosofía de vida. Aun así, el destino llamará a su puerta y
tendrá que volver a casa para enfrentarse a sus miedos, a su pasado, a su tío Scar
y ser el legítimo rey.
El Rey León, como todas las grandes
cintas de animación nos plantea un conflicto con muchas capas y de valiente
profundidad. Basada en una versión libre de la obra de Shakespeare Hamlet, el
film es capaz de transmitir la angustia, el problema de identidad del
protagonista sin olvidarse de las escenas divertidas, de acción y de tensión.
El Rey León es un producto que convence a los más pequeños como películas de
aventuras y a los más mayores mediante una reflexión sobre quien somos y que
obligaciones tenemos. Además la película consigue encontrar el punto justo
entre elementos dramáticos, cómicos y simpáticos.
Todo eso lo consigue con unos
personajes fascinantes, dibujadas con cuatro pinceladas que nos muestran de
forma simple pero bastante completa quién es y como es el personaje de
carácter, entendiendo sus acciones de forma lógica. Unos personajes que en
inglés tienen las voces de Mathiew Broderick como Simba, James Earle Jones como
Mufasa, Rowan Atkinson como Zazú, Moira Kelly como Sarabi, Whoopie Goldberg
como la hiena Shenzi, Enrie Sabella como Pumba, Nathan Lane como Timon y Jeremy
Irons como Scar. Éste último me parece un personaje fascinante y uno de los
mejores villanos que ha creado el cine. Oscuro, malvado, pero educado e irónico.
Destacar que como todos los productos Disney de los 90 posee un cuidado doblaje
con alguna voz inolvidable como a Constantino Romero como Mufasa.
Pero a parte de un guión cuidado, una gran dirección de Rob Minkoff y Roger Allens, y unos personajes que cogen una fuerte personalidad en parte gracias a las
voces, El Rey León posee una extraordinaria visión de la sabana africana, así
como una gran banda sonora de Hans Zimmer con canciones inolvidables de Elton
John y Tim Rice.
Hablando de aspectos técnicos,
toca hablar del 3D con el que se ha estrenado. El 3D no tiene ni tantas capas,
ni tanta profundidad como la historia de El Rey Leon. ¿Es prescindible? Sí.
¿Destroza la película? No. En algunos momentos se ve un buen 3D, el problema es
que no se puede hacer un proceso de posproducción y sacar un 3D bueno. En El
Rey León el 3D funciona cuando hay 2 planos de profundidad o 3 si no hay ningún
elemento que pase de uno a otro; en el momento que un elemento o un personaje
pasa de un plano de profundidad a otro se nota que no es una película hecha en
3D. Aun así, momentos como la primera escena, la estampida o algún momento de
la lucha final se ven detalles interesantes gracias al 3D.
El Rey León siempre me ha
parecido la mejor película de animación. Me parece una película redonda, y ha
sido un placer poder disfrutar de ella en el cine. Un placer que mucha gente ya
adulta compartirá y mirará con nostalgia de esos años en que lo que te producía
la mayor sensación de tristeza era la muerte de Mufasa.
Nota: 10/10