Six Feet Under (A Dos Metros Bajo Tierra)

Six Feet Under, en España conocida como A 6 Metros Bajo Tierra es una de esas series que todo el mundo que la ha visto te la recomienda como una de las mejores que ha visto, destacando por encima de todo su final. Un final que a diferencia del de Perdidos o Los Sopranos (que aun no lo he visto) no ha causado polémica y se ha convertido en uno de los más recordados.

Six Feet Under se emitió en la HBO y Alan Ball fue su creador (ahora triunfa con True Blood) trata el día a día de una familia especial, diferente, una familia propietaria de una funeraria. Después de la muerte del padre de familia, ésta se reúne para su entierro y para decidir el futuro. Nate, el hermano mayor, un hombre con síndrome de Peter Pan, optimista y con miedo al compromiso, viene en avión para pasar la navidad y la muerte del padre cambiará totalmente su vida. No volverá a Seattle y se quedará en el negocio familiar, aunque a los 18 años se fue para evitarlo. David, su hermano, es un gay reprimido que siempre ha estado al lado de su padre apoyándolo y aprendiendo el negocio familiar. Por último, Claire, la pequeña, estudia en el instituto y trata de superar la “dura” adolescencia. La esposa de Nathaniel, Ruth tiene una manera especial de lidiar con la muerte de su marido, y decide recuperar el tiempo perdido al haberse casado muy joven. Aunque Nate define a su familia como normal, esa normalidad es muy peculiar. Además de la familia, también conocemos a Rico, el empleado latino de la funeraria que con el paso de las temporadas ganará importancia en las tramas y Brenda Chenowith y su familia.

CUIDADO A PARTIR DE AQUÍ PUEDE HABER ALGÚN SPOILER

A lo largo de las temporadas la familia Fisher tiene que lidiar con la vida y la muerte y la fina línea que los separa. Cada capítulo, después de los magistrales créditos de inicio, empieza con la muerte anecdótica y más de una vez absurda del que será el cliente de la funeraria. Ese principio es la excusa para explorar el día a día de la familia Fisher, sus temores, sus inseguridades, sus problemas y sus metas.

Six Feet Under es una serie que rompe con los estereotipos por completo. Evita los clichés con una construcción de personajes asombrosa. Una construcción que permite volcar toda la trama hacia ellos sin necesidad de intrigas, ni recursos fáciles presentes en la gran mayoría de series actuales. Es una serie de personajes cada cual más herido y con más problemas o más locos y desequilibrados y las únicas explosiones serán las sentimentales. A medida que pasan las temporadas los personajes evolucionan de tal manera que poco tienen que ver sus personalidades en la primera temporada de la última. Por eso reconozco que no es una serie adictiva, pero si le dedicas un capítulo diario, acabarás entendiendo los comportamientos de los Fisher y compañía.

Con grandes dosis de humor negro, diálogos que quedan permanentemente en la memoria y un drama sincero y sin trucos, esta serie emitida entre el 2001 hasta el 2005 ha conseguido llegar al selecto olimpo seriéfilo de críticos y espectadores por igual. Unos guiones equilibrados dignos de estudio. Además como ya apuntaba al principio de la crítica consiguió darle un punto final muy digno a la serie. Un final lógico y acorde con la serie que dejaba a los espectadores perdidos y desemparados pero convencidos de haber visto uno de los mejores finales en televisión.

La serie trabaja en un plantel de actores impresionantes. Para no alargarme, os dejaré una escena de la serie que para mí define bastante bien a cada personaje y a cada actor (todas ellas producto de su imaginación).

Peter Krause es el encargado de intepretar a Nate Fisher.

Michael C. Hall ha conseguido que me crea su David Fisher, tarea más complicada de lo que parece porque yo lo tenía bastante encasillado como Dexter y teniendo en cuenta que son personajes totalmente diferentes, tiene mucho mérito.

Lauren Ambrose interpreta a Claire Fisher con una interpretación que va de menos a más, está pletórica en las dos últimas temporadas.

Frances Conroy es la encargada de interpretar a Ruth Fisher, la madre que intenta de todos modos mantener a sus hijos y cuidarlos sin darse cuenta que se han hecho mayores. Reconozco que su personaje es uno de los más surrealistas, divertidos y cercanos de la serie. Simplemente al tercer o cuarto capítulo nos tiene a todos ganados.

Rachel Griffith interpreta a Brenda Chennoweth quien a raíz de su relación con Nate evolucionará y después de mucho esfuerzo conseguirá cambiar su vida. Mathew St. Patrick interpreta a Keith Charles, pareja y apoyo de David y Freddy Rodriguez interpreta a Rico Díaz. Además de los principales, esta serie cuenta con unos secundarios y actores invitados de lujo tales como Richard Jenkins como Nathaniel Fisher, difunto marido con apariciones de lo más surrealistas, con una interpretación llena de matices; Kathy Bates y Patricia Clarkson como amiga y hermana de Ruth respectivamente; Lili Taylor como Lisa...

Como conclusión una serie de personajes que acaban formando parte casi de tu familia con guiones espléndidos que te ayudan a reflexionar sobre la vida y la muerte y un final perfecto.

Nota: 8'5/10