lunes, 15 de febrero de 2010

El personaje, el ejemplo, el alter ego, el mito, la leyenda… ROCKY BALBOA!!!


Hacía ya un par de años que quería ver Rockys, Rambos y varias películas ochentera. Esas películas que tienen en un pedestal bastantes espectadores y bloggers. Y es que Rocky es un fenómeno muy peculiar e interesante. Seguramente de la misma manera que yo tengo las películas de Disney (sobre todo Aladdin, El Rey León y La Bella y la Bestia) en un pedestal. Supongo que los 80 fueron especiales, yo no los viví, nací ya en los 90 y hay varias cosas que no entiendo, una de ellas es la fascinación por los personajes de Stallone. Un ejemplo de esta fe ciega en Rocky y Stallone lo encontré el otro día en Blog de Cine en una entrada del 2005 en la que su autor Alberto Abuín (ahora ya no tan polémico gracias a la llegada de Adrián Massanet) atacaba a Stallone diciendo: una (foto) en la que se ve a Stallone dirigiendo una escena del film, rectifico, donde parece que está dirigiendo una escena del film, a ver, vuelvo a rectificar, está al lado de un cámara señalándole algo. Al que un comentarista indignado puso: “Stallone es un gran actor, es un tío que vivía en la miseria y le echo cojones a la vida y escribió una película. Por esta película se intereso un productor y fluyó, si el tontito del crítico, le ofrecieran la vida de Stallone la cogería sin dudarlo, es como dijo nietzsche, un superhombre. Surgió de estar en un estado de nihilismo y alcanzó la cumbre”. El fanatismo no tiene límites.

Como ya sabréis todos, Rocky es un boxeador que lucha en pequeños clubs en Philadelphia. Un día, el campeón de los pesos pesados le ofrece un combate para conseguir el título. Ahí empezaba la leyenda de Rocky. Las películas tendrían siempre el mismo desarrollo: el planteamiento de un combate que se celebra en el último cuarto de hora, entrenamiento a ritmo de gonna fly now con Mickey. Y paralelamente enamorara a la que después será su mujer, ayudará a Polie, su cuñado y intentará seguir con su vida. En las dos primeras películas se enfrentaba a Apollo Creed, el supercampeón de los pesos pesados. Un tipo que pasa de ser un sobrado a un compañero y un gran amigo. En la tercera lucha contra Clubber Lang, en la cuarta con el terminator ruso Iván Drago. En la quinta vemos un pequeño cambio, Rocky no lucha en el ring, se dedica a entrenar a Tommy Gunn. Un discípulo que acaba retando al maestro en una interesante pelea callejera. Y finalmente, cuando Rocky ya retirado se dedica a llevar un restaurante y a explicar sus batallitas, se vuelve a subir al ring para demostrar que no está acabado y que aunque sus mejores días han pasado sigue ahí.

A la izquierda del cuadrilátero tenemos a Rocky, un personaje que si bien es típico y tópico, después de 6 películas consigue tenernos en el bolsillo. Es un garrulo que no sabe donde está Jamaica y se cree que Mark Twain es escritor pero da igual, el chico es simpático y su fuerza de voluntad le ha llevado a lo más alto. Al final de cada película protagoniza lo mejor de ella: la lucha. Da igual en Rusia, que contra Mr. T que un novato con ganas de comerse el mundo que le ciega su avaricia. Y lo que es más importante Rocky es un personaje muy humano, con un gran corazón. Es ese corazón el que consigue que acabes viendo todas las películas. Todo eso amenizado con una gran banda sonora, de esas que acaban pasando al colectivo, de esas que da igual que hayas visto la película o no, que todos la saben tatarear.

A la derecha encontramos un guión previsible, con la típica historia de superación personal, de cómo de la nada lo ha conseguido todo con esfuerzo. El mayor problema es que las secuelas son copias de la primera que siguiendo el lema de “porqué cambiar, si la cosa funciona” no cambian casi nada. La segunda, la tercera y la cuarta son la versión mala de la primera. Llegando al extremo con la cuarta, el viaje a Rusia y el estúpido final que me abre los ojos: porqué claro como ya sabréis nada como llevar a Rocky para limar asperezas en plena Guerra Fría. Otro ejemplo del daño que pueden hacer las secuelas en una más que interesante película.

Aunque sea tópico, en esta saga como la primera no hay ninguna. Y aunque la quinta parte fue vilipendiada, creo que fue un cambio necesario para la saga.

Notas: 6/10 (Rocky) 4/10 (Rocky II) 4/10 (Rocky III) 2/10 (Rocky IV) 5/10 (Rocky V) 4/10 (Rocky VI)

3 comentarios:

  1. Cierto que el Abuin está ahora mucho más tranquilito, con lo grande que era antes.

    Puto Massanet, ese si que es un bicho!

    Con respecto a Rocky, no he visto ninguna, y aún voy a tardar en hacerlo...
    Un saludo!

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  2. Yo no recuerdo cuantas vi, jajajajja, creo que las tres primeras. La primera, por supuesto, la mejor. La otra que me gustó es cuando es entrenado por Apollo. Creo que esa es la tercera.
    Y si, la decada de los 80 fue algo lindo, pero más que nada, se ve toda esa movida porque es la decada que representa la juventud para toda la generación que ahora tenemos más de 30. Y la juventud, es la juventud!!!!!!!!!!!! jajajajaja

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  3. Buen trabajo el tuyo en este post. Para muchos Rocky es más que un personaje...es la película que alquilábamos en el videoclub varias veces y que nos subimos a verla en la pantalla grande cuando tuvimos la edad suficiente...yo fui a ver "Rocky 3" al cine y desde allí todas y cada una de las siguientes.
    Rocky es una especie de paradoja. La priemra parte era una patada en el estómago al concepto del sueño americano ya que al personaje se le dejaba creer que estaba cumpliendo un sueño, para al final darle de bruces y perder el combate, pero sin embargo para Stallone supuso la culminación del sueño...oscar, reconocimiento, popularidad y éxito...así qeu la segunda parte fue argumentalmente lo contrario ya que el éxito le llegaba al púgil.
    La tercera parte era una exhibición del ego de Stallone, con un cuerpo esculpido músculo a músculo y seguramente hormona a hormona...
    La cuarta parte era el delirio ochentero por excelencia...guerra fría, rusos malos y americanos muy buenos.
    La quinta parte era una visión interna del fracaso, como se perdía todo y había que volver a los orígenes, un juego de humildad y una crítica al ego, encarnado esta vez por un joven púgil. Y la sexta parte supone el intento de un tipo olvidado (rocky y stallone) de volver a ser alguien.
    Para muchos Stallone es grande...aunque hayamos dejado de ir en masa a ver sus películas

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