Demián Bichir es el nominado
sorpresa del año. Aunque ya había estado nominado por el gremio de actores, muy
pocos eran los que lo metían en sus quinielas, pero lo cierto es que al final
se ha colado, en mi opinión de forma totalmente justa. Bichir se ha puesto a
las manos de Weitz para narrarnos una historia sobre las duras condiciones de
los emigrantes para quedarse sea como sea en Estados Unidos.
El film nos cuenta la historia de
Carlos Galindo, un mexicano de cuarenta años que trabaja de jardinero junto con
un compañero en la ciudad de Los Ángeles. Carlos es un hombre extremadamente
honrado y decente que se rompe la espalda cada día y se juega la vida podando
palmeras para dar una vida mejor a su hijo Luis, un adolescente que no acaba de
comprender el sacrificio de su padre.
Las esperanzas de una mejor
calidad de vida pasan por una troca, o camioneta, que le ofrece su compañero de
trabajo. Aunque no puede pagarla, consigue el dinero y ve en ella su
posibilidad de ganar más dinero y por fin tirar adelante. Sus planes se ven
truncados cuando se la roban por ser un buenazo.
El film tiene un planteamiento
muy sencillo, naif e ingenuo hasta cierto punto. Aun así funciona en su
proyección dramática que va de menos a más. Se agradece que la película no
quiera complicarse la vida inútilmente, algo que los americanos suelen hacer,
de esta manera dan fuerza a la trama principal y evitan subtramas innecesarias.
A la película le falta espíritu
crítico. Más que una crítica al trato que recibe la inmigración a Estados
Unidos vemos un retrato bastante objetivo. La película no se moja y prefiere
centrarse en el drama humano de un padre capaz de todo para sacar una vida
digna para su hijo. De un hombre éticamente impecable, de un padre coraje.
El encargado de dar vida a este
padre coraje no es otro que Demián Bichir. El actor mejicano había hecho
papeles secundarios en películas americanas, sobre todo es reconocible por ser
Fidel Castro en el díptico de Soderberg al Che; y por su Esteban Reyes durante
2 o 3 temporadas en la serie Weeds. En esta ocasión se carga toda la película a
sus espaldas y muestra todo su registro dramático. Su mirada melancólica y sus
palabras sinceras son suficientes para ganar la empatía del público. Una
actuación muy sincera, que para la que escribe es una de las mejores de la temporada.
Yo me creo a Bichir y eso implica que me creo su personaje y lo apoyo a muerte
durante toda la película. Eso es lo que busca la película. A Bichir le acompaña
el joven José Julián como su hijo Luis. El chico muestra una correcta
actuación; y su personaje sirve para ennoblecer más la figura de su padre.
Como conclusión hay películas que
te gustan desde el primer minuto, que te dejan sin aliento y te mantienen en
tensión. Hay otras que cuando la has acabado te parece bonita, pero que a
medida que pasan los días, ésta permanece en tu memoria, por una frase, por una
mirada, por una lucha por la honestidad. A Better Life pertenece a las
segundas.
Yo gocé intensamente haberle dado con un caño, una película que odié totalmente. No creo que tenga espíritu crítico, no, pero tampoco creo que tenga espíritu. Simplemente es una sucesión de imágenes sobre la miseria que viven los trabajadores y pobres cerca de la frontera.
ResponderEliminarPor otro lado, me creí poco a Bichir. No hace una mala actuación, pero tampoco algo que merezca un reconocimiento o una mención en una entrega de premios.
Saludos.