¿Dónde quieres estar dentro de 10 años? ¿Existe el amor? ¿Cuándo tienes pensado tener hijos? ¿Con quién te quieres casar? ¿Con un buen chico/chica, con una bonita sonrisa, que quiera estar contigo y quieran tener hijos y firmar una familia? ¿Alguien con quien construir un hogar? Un sitio propio donde puedas estar, donde puedas sentarte en el sofá, donde refugiarte después de un día duro en el trabajo.
Up in the Air es la película que se cuestiona todos los convencionalismos. Todos los estandartes establecidos de la típica familia americana, que se puede extender como mínimo a todos países Occidentales. La nueva película de Jason Reitman nos cuenta la vida de Ryan Bingham, un hombre que se dedica a despedir a empleados de empresas que contratan los servicios de la empresa por la que trabaja. Además combina su trabajo con unas conferencias sobre cuál es el mejor equipaje para la vida. Un equipaje que tiene que prescindir de cosas pequeñas, como anillos o pendientes y de cosas grandes como el sofá, la cama y finalmente el hogar. Una filosofía muy cuestionable que se consiste en no atarse a nada. Su vida diaria consiste en ir de hotel en hotel e ir de aeropuerto en aeropuerto, que poco a poco se han convertido en su hogar. Ryan es feliz con su vida, pero esa extraña felicidad tiene data de caducidad. Natalie Keener, una joven y emprendedora psicóloga convence al jefe de Ryan de que no hace falta que sus empleados tengan que estar presencialmente para despedir y hacer su trabajo, que con una video transferencia es suficiente. Una especie de ruta aérea por diferentes puntos de América hará cambiar la percepción de la joven Natalie Keener sobre su novedosa y diferente propuesta. Una propuesta que a la vez le destroza el día a día y la vida en que es supuestamente feliz Ryan. Además, aparte de tener que asistir a la boda de su hermana, en una ciudad cualquiera, conoce a Alex, una mujer madura que parece tener los mismos intereses y con una a priori parecida filosofía de vida.
Jason Reitman nos presenta como en las anteriores películas a un protagonista elocuente, perspicaz, inteligente, independiente y fuerte. Y ante tanto “don perfecto” la tarea del director y guionista consiste en humanizar al personaje. A lo largo del film vemos como el protagonista se llega a plantear sus propias creencias y su modo de vida por amor. Porqué Ryan es de los que ha aprendido a lo largo de los años a ponerse una máscara para protegerse y no hacerse daño…
El film además hace una crítica sutil y bien planteada (no llega a la altura de Thank You For Smoking) a los despidos laborales, que ahora con la crisis está de actualidad. Mediante escenas de falso documental donde anónimos trabajadores plasman sus sensaciones de impotencia, rabia y desconcierto después de sus despidos.
Las interpretaciones son otra faceta a resaltar de la película. George Clooney es amo y señor de todo el film. Clooney es Ryan y Ryan es Clooney. Un papel que si bien no parece un gran reto interpretativo, ni una de esas interpretaciones que sentará cátedra. Pero sí consigue darle los matices necesarios de manera sutil a un tipo que se ha creado un personaje para vivir sin demasiadas preocupaciones. Un personaje que está abierto a todo lo que le venga. Un personaje que le protege de la realidad, una realidad que inevitablemente te lleva al sufrimiento, compromiso y a las decisiones difíciles. Clooney está muy bien acompañado por Anna Kendrick y Vera Fermiga. La primera interpreta a Natalie Keener una joven emprendedora e idealista. Una actuación fresca y simpática. Y Vera Fermiga interpreta a Alex. Jason Bateman vuelve a aparecer en una película de Reitman después de su papel en Juno, aquí interpreta al jefe de Keener y Ryan.
Como conclusión una película fresca, directa, original, crítica, romantica y diferente. Buenas actuaciones con Clooney en la cabeza, dinámica dirección de Jason Reitman.
Nota: 8/10
Up in the Air es la película que se cuestiona todos los convencionalismos. Todos los estandartes establecidos de la típica familia americana, que se puede extender como mínimo a todos países Occidentales. La nueva película de Jason Reitman nos cuenta la vida de Ryan Bingham, un hombre que se dedica a despedir a empleados de empresas que contratan los servicios de la empresa por la que trabaja. Además combina su trabajo con unas conferencias sobre cuál es el mejor equipaje para la vida. Un equipaje que tiene que prescindir de cosas pequeñas, como anillos o pendientes y de cosas grandes como el sofá, la cama y finalmente el hogar. Una filosofía muy cuestionable que se consiste en no atarse a nada. Su vida diaria consiste en ir de hotel en hotel e ir de aeropuerto en aeropuerto, que poco a poco se han convertido en su hogar. Ryan es feliz con su vida, pero esa extraña felicidad tiene data de caducidad. Natalie Keener, una joven y emprendedora psicóloga convence al jefe de Ryan de que no hace falta que sus empleados tengan que estar presencialmente para despedir y hacer su trabajo, que con una video transferencia es suficiente. Una especie de ruta aérea por diferentes puntos de América hará cambiar la percepción de la joven Natalie Keener sobre su novedosa y diferente propuesta. Una propuesta que a la vez le destroza el día a día y la vida en que es supuestamente feliz Ryan. Además, aparte de tener que asistir a la boda de su hermana, en una ciudad cualquiera, conoce a Alex, una mujer madura que parece tener los mismos intereses y con una a priori parecida filosofía de vida.
Jason Reitman nos presenta como en las anteriores películas a un protagonista elocuente, perspicaz, inteligente, independiente y fuerte. Y ante tanto “don perfecto” la tarea del director y guionista consiste en humanizar al personaje. A lo largo del film vemos como el protagonista se llega a plantear sus propias creencias y su modo de vida por amor. Porqué Ryan es de los que ha aprendido a lo largo de los años a ponerse una máscara para protegerse y no hacerse daño…
El film además hace una crítica sutil y bien planteada (no llega a la altura de Thank You For Smoking) a los despidos laborales, que ahora con la crisis está de actualidad. Mediante escenas de falso documental donde anónimos trabajadores plasman sus sensaciones de impotencia, rabia y desconcierto después de sus despidos.
Las interpretaciones son otra faceta a resaltar de la película. George Clooney es amo y señor de todo el film. Clooney es Ryan y Ryan es Clooney. Un papel que si bien no parece un gran reto interpretativo, ni una de esas interpretaciones que sentará cátedra. Pero sí consigue darle los matices necesarios de manera sutil a un tipo que se ha creado un personaje para vivir sin demasiadas preocupaciones. Un personaje que está abierto a todo lo que le venga. Un personaje que le protege de la realidad, una realidad que inevitablemente te lleva al sufrimiento, compromiso y a las decisiones difíciles. Clooney está muy bien acompañado por Anna Kendrick y Vera Fermiga. La primera interpreta a Natalie Keener una joven emprendedora e idealista. Una actuación fresca y simpática. Y Vera Fermiga interpreta a Alex. Jason Bateman vuelve a aparecer en una película de Reitman después de su papel en Juno, aquí interpreta al jefe de Keener y Ryan.
Como conclusión una película fresca, directa, original, crítica, romantica y diferente. Buenas actuaciones con Clooney en la cabeza, dinámica dirección de Jason Reitman.
Nota: 8/10
Magnífica película...de las que me han hecho pensar mucho y que aún tengo en la cabeza
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