The Last Station es un biopic que nos cuenta los últimos momentos del escritor ruso Leo Tostoi. Tolstoi es un reconocido escritor que ha dejado en un sitio secundario la escritura para dedicarse a “crear” un movimiento pacífico que favorecía la propiedad comunitaria para el pueblo y el amor. El escritor creía que el amor era el nexo de unión de todas las religiones y todas las culturas. Paradójicamente su relación con su mujer la Condesa Sofya no pasaba por su mejor momento. Discusiones y sus ideales se confrontaban. Además Tolstoi se rodeo de personas de confianza, Chertkov para llevar a delante esa pequeña “religión” que predicaba una revolución y un cambio pacífico. La película además profundiza sobre el amor-odio de su mujer y el escritor.
La historia nos es contada a través de un joven secretario Valentín que entra a trabajar en la casa de los Tolstoi después de ser ferviente seguidor de la doctrina del escritor. Allí descubre a Tolstoi, un hombre humilde que no sigue su propia doctrina y que lo anima a ser libre y hacer lo que de verdad sienta. El es el ojo del espectador y es el que nos muestra la complicada relación entre Tolstoi y su mujer. El film además introduce una trama paralela algo previsible donde el joven Valentín puede poner en práctica los verdaderos consejos del escritor y de su mujer cuando descubre el primer amor con Masha una chica que trabaja para “la doctrina tolstoliana”.
class="MsoNormal" style="text-align: justify;">La película está bien llevada, pero en ningún momento se sobrepone a la etiqueta “mírame, soy nominable para los oscars” que llevaba desde el tráiler. Y es que en este caso el “for your consideration” pesa demasiado y nos hace pensar que se podría haber llevado el film un paso más allá, se queda en lo típico. Lo peor de todo es que se está empezando a hacer películas nominables para los premios con un molde y ninguna de ellas sale de este. Le falta pasión y naturalidad.
Las interpretaciones es su punto más fuerte. Helen Mirren vuelve a destacar por encima del resto y debo reconocer que es la mejor actuación del año. Se merecía el Oscar. No solo tenía la fuerza y el buen hacer de la joven Carey Mulligan, sino que además tiene una experiencia que hoy en día la hace estar en el selecto grupo de las mejores actrices actuales. James McAvoy vuelve a demostrar que es un joven a tener muy en cuenta, y aunque el papel no es demasiado complicado, lo domina y lo interpreta con naturalidad. Christopher Plummer es el encargado de interpretar a Tolstoi. Un personaje que si bien puede parecer que es el protagonista total de la película, en realidad solo es la pieza clave. Si hiciesemos una metáfora futbolística sería el centrocampista que reparte el juego. Por último pero no menos importante está Paul Giamatti que si no acepta hacer producciones como Shoot'em up con su escena de la zanahoria, demuestra que es un secundario de lujo y que cumple su papel a la perfección.
Como conclusión película bien hecha con grandes actuaciones pero que no arriesga y se queda en otro biopic convencional. Eso sí, superior a la media de películas que nos llegan semana tras semana a la cartelera.
Nota: 6/10
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