La primera temporada terminó con la llegada de un personaje que tenía que dar mucha guerra: Stacy. Stacy es la nueva abogada del hospital, la persona encargada de sacar las castañas del fuego a los médicos cuando estos son denunciados por negligencias. Además, es la ex mujer de House, una de las pocas personas que consiguió entrar en la cabeza y en el corazón del genio. La primera mitad de la serie, concretamente 10 capítulos son los destinados a introducirnos en el corazón de House e intentar saber sus sentimientos, siempre bajo llave. Stacy es la única hasta el momento que ha conseguido bajar la guardia de House. Los diálogos entre Stacy, Mark (su actual marido) y House no tienen desperdicio. Otro gran “personaje” que aparece esta temporada es Steve McQueen, una rata que se convierte en el epicentro de un par o tres capítulos y que servidora, al igual que House, ha acabado cogiéndole cariño.
Paralelamente, a lo largo de la temporada House y su equipo siguen resolviendo casos y curando a pacientes en el último minuto. Vemos como los jóvenes ayudantes tienen más protagonismo: Chase mata a una paciente por estar preocupado después de recibir la noticia de la muerte de su padre. Foreman decide robar un artículo a Cameron y ésta siendo la bondad personificada no sabe cómo afrontar la decepción de su “amigo”. Por su parte, Wilson se separa de su mujer y se va a vivir con House que acaba de dejar ir por segunda vez a la mujer que ama. Ambos protagonizan los momentos más divertidos y cómicos de la temporada. Como era de esperar House acaba ganando la partida.
Hay que reconocer que a pesar que el guión sigue siendo muy bueno, esta segunda temporada se vuelve algo repetitiva. La estructura ya la conocemos de la temporada pasada: se acepta un paciente, a medida que avanza el capítulo éste va empeorando y cuando está a punto de morir a House se le ocurre la idea que le salvará su vida mientras discute con Wilson, su mujer o cualquier personaje. Cuando el paciente no es la excusa para explorar un tema interesante para la propia vida de House o algunos de su alrededor, se vuelve pesada.
Esta temporada tiene muchos momento cómicos entre los que destacan las “luchas” entre House y Wilson para convivir juntos en el piso.
Otro hándicap con el que tiene que lidiar la temporada es que el doble capítulo de Euphoria con la enfermedad de Foreman, es tan bueno que opaca y deja en segundo plano el capítulo final y no resulta lo impactante que debería. El único capítulo resulta algo tramposo a primera vista, pero un siempre excelente Elias Koteas, destinado a ser un secundario de lujo, interpretando a la conciencia de House consigue salvarlo.
Hugh Laurie continua pletórico y su personaje sigue soportando todo el peso de la serie. Lisa Edelstein (Lisa Cuddy), Robert Sean Leonard (James Wilson), Jennifer Morrison (Allison Cameron), Omar Epps (Eric Foreman) y Jesse Spencer (Robert Chase) sirven de complemento a la serie formando un equilibrio casi perfecto.
Conclusión temporada algo peor que la anterior, pero aun así sigue manteniendo un nivel alto con grandes guiones.
Nota: 7/10
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